Por eso, cada vez que escucho esa frase, me parece la tontería más grande que he escuchado nunca. Sí, hay veces que debemos de ver que hay que cambiar, y que eso es necesario para mejorar nuestra vida, pero que de los errores aprendemos, y que siempre debemos tener lo que éramos muy presente para recordarnos que podemos volver a caer ahí.
Así que sí, yo he cambiado tanto como para que a algunas personas no sepan en que me he convertido. Pero sólo he construido muros, poderosos en los que he crecido y me he fortalecido a cada ladrillo que he puesto, recordándome que cualquier día el mal tiempo podría destrozar mi muro y tendría que volver a empezar a construirlo de nuevo.

Yo soy yo. No me vas a hundir, porque siempre acabaré flotando. Me puedes tirar, pero me levantaré.
Y cuando ya halla construido mi muro, siempre tendré en cuenta los cimientos, acordándome de cómo era entonces, nunca olvidándolo, para que siempre fuese la misma y que nunca perdiese mi esencia, y sobe todo el por qué necesitaba cambiar.
¿Cómo me defino? Cuando lo sepa te lo contaré.
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